La misma persona que te crea; es la que te puede destruir más fácilmente. Pero él ya no está. Porque los malos recuerdos son para ti como imborrables cicatrices que nunca cicatrizarán y permanecerán ahí. Que yo te echo de menos de vez en cuando, muy de vez en cuando; en cuanto pienso en ti. ¿Tú me echas de menos a veces? Respuesta que no quiero saber y deseo escuchar.
Porque es verdad esa otra historia de que del
amor al odio hay un solo paso, aunque a mí me pareció eterno y un jodido mar de dudas. Para ti fue todo un error. Te he visto y ya no te recuerdo; no te quiero recordar. Para mi, fue mucho más. Te he visto, te quiero, me enamoro, la cago, te vas y no te olvido. Y para colmo, siempre te recuerdo. Joder, todo el mundo se está volviendo loco o quizás me este volviendo yo.
Y esto que nos pasó, ni tu ni yo somos capaces de explicarlo. Aunque yo creo que todo esto vino porque yo jugué a quererte, y tú me has ganado. Porque tú no sabes lo que es depender por completo de una persona con el poder de destruirte en su boca, y tampoco sabes lo que es llegar a casa borracho como una cuba y pedirle un deseo a los aviones que cruzan el cielo creyendo que son estrellas fugaces y que ese deseo seas tú.
Y tampoco sabes que podría seguir dando mil y una razones para intentar convencerme de que no te quiero.

Solo quería recordarte todos los buenos momentos juntos que en días se esfumaron. 
Y ahora lo que queda es hablarnos como extraños.